EN EL TINTERO: Vulcanidad de Diana de Solares




Saludos amigos y amigas, les deseamos un maravilloso fin de semana, lleno de descanso reparador y de mucho ARTE PARA VIVIR para retomar fuerzas para continuar otra semana más de arduo trabajo, prisas y cansancio.


En esta ocasión tenemos nuestro reportaje sobre una exposición que se esta llevando actualmente en la Galería 9.99 se trata de Vulcanidad de la maestra Diana de Solares.





 
 
 
 
 
Utilizar un lenguaje abstracto para  reflexionar sobre el mundo real podría ser una elección equívoca por su poca especificidad. sin embargo, para  Diana de Solares este es un gesto lúdico y una postura filosófica que propone encuentros personales con el mundo, que ella traduce a sus propias formas y colores. Así la artista, desde hace años hace recorridos en los que recoge pequeños escombros, materiales, colores, figuras e impresiones que, si en ese momento aún no tienen sentido, ya en el estudio van acoplándose como un rompecabezas de bloques que encajan perfectamente, o segmentos de color que conforman una unidad. Así, cada cuerpo adquiere una forma distinta e incluso una personalidad.
 
 
 
Muchas piezas en esta exposición usan elementos encontrados. Tablas de construcción recogidas hace más de quince años, en contraste con planchas de MDF perfectamente producidas, crean un diálogo entre lo perfecto y lo precario, lo encontrado y lo construido, lo histórico y lo reciente. Y es aquí en donde la artista comienza a preguntarse sobre nuestro paso por el mundo como seres cambiantes, que modifican el entorno, nuestro paso por los objetos y las cosa, el trabajo, el tiempo y los espacios. Estos trozos aún tienen clavos oxidados, varias capas de pintura, golpes, heridas y encajan configurándose en una suerte de composición desarticulable, como todas sus otras obras en las que los colores y los bloques ocupan un lugar específico en la pintura y se relacionan con otros en su  ecosistema.


 
 
 
Lo "encontrado" es también su paleta de colores. Una que recoge de la observación de los espacios compartidos, la cultura popular y el paisaje, y hace que su obra proyecte un ligero y casi imperceptible hilo con lo local. Pues ella misma menciona que un ente sin color es un campo divorciado de la vida humana, ya que en los colores habitamos.
 
Bjo estos mismos contrastes y encuentros, la artista reflexiona sobre las piezas de esta exposición titulada "Vulcanidad", ya que, desde su estudio en Antigua Guatemala, el Volcán de Agua no es solo el horizonte constante, sino se convierte en un símbolo cuya terminología le permite reflexionar sobre la obra, los materiales, técnicas y colores como entes que se "transforman y transmutan, y en el proceso devastan y generan", así como el Volcán sufre de esta misma polaridad entre "caos y orden, ruptura y unificación", como ella misma lo expresa en el texto que acompaña la exposición.




 
 
 
 
 
Más que referirse directamente al Volcán, Diana utiliza su figura como una metáfora que cubre una obra vibrante, con ángulos agudos, vertientes, declives, picos y tensiones entre líneas, formas y colores que, igual, forman parte de un paisaje, su paisaje personal. Así que su lenguaje geométrico no llega hasta nosotros como distante y hermético, sino al contrario, familiar e íntimo, nuestro.
 
 
 
 Como el volcán que como paisaje encanta y como cuerpo explota, también las piezas de la exposición ocupan un lugar en el espacio y generan por su volumen sombras y relieves. Por ello, más que pinturas o esculturas, son objetos, artefactos y cuerpos a la vez.




A través de los años de trayectoria, el trabajo de Solares podría encontrarse en paralelo con estudios de arquitectura o de otros artistas como el norteamericano Frank Stella, la escultora Thea Djordjadze originaria de Georgia y la artista colombiana Beatriz Olano. Pero en sus procesos personales, en su mediación entre material e intimidad, y entre cuerpo y espacio, que su trabajo acaba de interpretar un mundo que se le aparece en símbolos. Formas y arquetipos que ella misma intenta descifrar por medio de la observación y el descubrimiento. Diana de Solares es sin duda, además de artista, una traductora del mundo que explora; por eso sus colores, símbolos y formas son referencias personales de un universo que constantemente se renueva y destruye, rompe y genera, se activa y descansa ocmo el volcán. 
















Sobre su propio trabajo en esta exposición, nos dice la artista:



"En mi estudio de Antigua Guatemala, la presencia del volcán es constante y cambiante. Sus rastros en el cielo, su rumor por la noche , su fulgor. Por largo tiempo lo he observado con asombro, sin entenderlo, de la manera en que percibimos la naturaleza y sus acontecimientos. A veces pienso en el magma y los gases que existen debajo de él y la vida animal y vegetal que coexisten. ¿En qué nivel se conectan? ¿Cuántos procesos han ocurrido para que el volcán se encuentre allí y yo le contemple desde aquí? El volcán transforma y se transmuta, y en el curso devasta y genera. Hay en él una cualidad vigorosa y frágil a un tiempo, una mezcla de arrebato y clma, destrucción y renovación.


He relacionado las obras de esta exhibición con terminología propia de los fenómenos volcánicos. Los trabajos que se presentan en esta muestra contienen materiales nuevos, propios de la actividad artística, así como elementos viejos y descartados que he venido recolectando por años, los cuales han sufrido cambios mediante el uso y el paso del tiempo. Las condiciones de fragmentación y fractura están presentes en todas las piezas, pues cada obra se ha construido agregando segmentos de color y diversos materiales. En mi concepción de Vulcanidad se encierran nociones de caos y orden, ruptura y unificación, rigor y sensualidad, efusión a la par de contención. Yo sobre todo, la idea de transformación, del continuo devenir de los seres y las cosas del mundo. "











"Encuentro obras explosivas en las cuales hay profusión de líneas y segmentos, donde los colores tienden a rivalizar entre sí, como anunciando el estrago o la gloria de la transubstanciación. Durante la explosión muestran una tensión entre las formas y un amplio uso de ángulos agudos, colores más intensos que tienden a complementarse o a golpearse mutuamente, a separarse. Otras piezas muestran una tensión entre los materiales: gastado-nuevo, opaco-brillante, claro-oscuro, limpio-sucio, etc. Aquí los colores tienden a una armonía casi musical, como una lava fluyendo silenciosa en el costado del volcán. Por último, encuentro otras obras que recuerdan el restablecimiento del equilibrio después de la debacle. Ellas muestran una nueva vía hacia la quietud y aunque hay contraste en los colores, la tensión es leve y ocurre una suave transición de uno al otro, mitigados por los tonos cálidos y terrosos de las maderas.


El temperamento voluble del volcán a lo largo del tiempo, me sugiere que el planeta nos recibe  a un tiempo con simpatía e indiferencia. Y aunque la arquitectura del universo apunta a una feliz correspondencia con la vida humana, ninguna vía se ha abierto naturalmente para ese propósito. Somos un momento dentro de un proceso perenne de cambio y adaptación . Y en el curso de fabricarnos un lugar en el mundo, rompemos, arrollamos, aplastamos. Así como también engendramos, ordenamos, inventamos. Los sistemas de lo que llamamos arte son brotes de hallazgos e inicios, pérdidas y agotamientos, pensamiento y conmoción, pero sobre todo de renovación y destrucción"



Diana de Solares.












"Hay una tendencia en el arte contemporáneo a echar mano a diversos materiales y en mi caso aprovecho mis frecuentes caminatas para recuperar materiales sencillos, comunes, de mi entorno domestico, materiales de construcción. Me gusta la mezcla, imprimirle un carácter táctil, que el espectador perciba algo familiar, algo que pueda reconocer, que haya visto algo. Esto hace que la obra se sienta amistosa, no como algo lejano o precioso. El nombre  de la exposición surge de mi asociación de ideas, forma parte del paisaje de mi estudio en Antigua Guatemala, le escucho retumbar, la dualidad de ideas, la exuberancia y la contención. Hay piezas que toman semanas, y otras pueden llevar años, es un proceso distinto según la pieza, pueden parecer simples pero lo que determina el tiempo es la percepción del artista. Todos los colores que aparecen en las obras suelen ser los de mi paleta habitual. Mi formato suele ser cercano a la escala humana, a veces trabajo otras pequeñas, pero lo habitual son las obras similares en tamaño al cuerpo humano" Nos comenta la artista.









"Esta es la primera vez que trabajamos juntas. Nos reunimos para conocer sus ideas, para entablar un diálogo, de familiarización con las formas e intenciones de la artista y por supuesto un aprendizaje junto a la artista pues quien conoce mejor la obra. El intercambio de ideas nos permitió traducirlas a través de la curaduría en el montaje que presentamos" Nos comenta la maestra Alma Ruiz quien fue la curadora de la exposición



Conviven en esta muestra elementos pictóricos y escultóricos. Las veinte obras nos invitan a apreciar sus contrastes, sus texturas, colores y formas. Las líneas rectas y las curvas se encuentran para reflejar el caos y el orden que están presentes en la vida, en el camino y dentro de cada persona incluyendo la artista.





La muestra se encuentra abierta al público del 23 de febrero al 8 de abril de 2017 y puede ser visitada de miércoles a viernes de 12:00 a 17:00 horas y los sábados de 09:00 a 17:00 horas

la Galería 9.99 está ubicada en la 5 avenida, 11-16 segundo nivel,  Edificio Passarelli en la zona uno de Ciudad de Guatemala. Pueden comunicarse al teléfono +(502) 2238 3975


La admisión es gratuita.


Esperamos puedan asistir.

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